sábado, 15 de marzo de 2014

Blind


Bebí hasta no saber bien adonde estaba parado. Le hice una seña a un taxi que me dejó en mi portal y se quedó con todos los billetes de mi cartera. Siempre hay pescadores de tristes al acecho.

¿Qué decirte sin llorar a gritos? Sin odiarte a borbotones. Sin desearte siete veces el dolor que me causaste. Sin lamentarme otra vez y llamarte puta y perra de los cojones. Sin beber, hasta caer medio desnudo, sobre mi sofá blanco sucio inmaculado.

”La vida es corta”, me dijiste. Fue el argumento para convencerme que echarme en tus brazos era la más maravillosa chance. 

“¿Y después, mañana?” pregunté. 

“Mañana no existe” respondiste.

Pues entonces me entregué a la aventura de tenerte, saberte, olerte para luego perderte.

El amor no es amor si no es ciego.

Autor: Gloria Llopiz

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